domingo, 21 de abril de 2013

¿CONOCES EL BUCEO BAJO EL HIELO?


TÉCNICA. DESARROLLO DE UNA INMERSIÓN BAJO EL HIELO

No sobrepasar los quince o veinte minutos de inmersión. Esta es la regla básica del buceo bajo hielo.
Ese intervalo de tiempo es el que necesita el frío para comenzar a abrirse paso hacia nosotros y provocar las temidas pérdidas de calor corporal. Si se respeta, evitaremos muchos de los numerosos accidentes que vienen provocados por esa pérdida de calor. 

Bucear bajo hielo supone tener en todo momento sobre nuestras cabezas un techo que no nos permitirá salir a la superficie por cualquier lugar que deseemos, únicamente dispondremos de un pequeño hueco, una ventana al exterior a la que nunca deberemos perder de vista.



Una inmersión de este tipo precisa de una planificación previa, informarnos con antelación del estado de la zona, de las condiciones meteorológicas que vamos a tener, los posibles cambios de tiempo, las características propias del lugar... teniendo en cuenta que ante cualquier tipo de riesgo, lo más acertado será anular completamente nuestros planes. En una actividad extrema como ésta correr cualquier peligro es totalmente absurdo.


Si todas las condiciones se presentan adecuadas, nos dirigiremos a la zona de inmersión y una vez allí deberemos proceder a analizar de nuevo la situación. Estudiaremos la capa de hielo, con el fin de determinar su resistencia y la capacidad de aguante que tendrá, teniendo en cuenta que el espesor ideal es el que ronda los 20 centímetros.


Lo tenemos todo decidido, las condiciones son adecuadas y vamos a proceder a sumergirnos bajo la capa de hielo. En este momento lo primero que tendremos que hacer es fijar la cuerda de seguridad. La importancia de esta cuerda es tal que hablar de ello resulta mucho más que obvio; es lo único que nos mantendrá constantemente enlazados con el exterior por lo que su fijación fuera del hielo debe proporcionarnos la máxima seguridad posible (una vez dentro del hielo no podemos pensar en que tal vez deberíamos haber atado la cuerda a otro lugar). Buscaremos un punto que nos ofrezca completa confianza (un árbol, una roca...) y se realizarán los nudos adecuados para asegurar totalmente que la cuerda no se va a soltar frente a ningún tipo de movimiento.




Llegados a este punto, nos dispondremos a realizar un agujero de entrada y salida, la ventana con el exterior. Su forma deberá ser triangular o rectangular, pero nunca cuadrado ni redondo, la razón de esto es sencilla: las dos primeras forma favorecen la entrada y salida del agujero ya que los buzos pueden apoyarse mejor en los lados.



Para la realización del agujero utilizaremos un serrucho (si la capa de hielo no es muy gruesa) o una sierra mecánica, para espesores mayores.

El grupo de buceadores será siempre de un mínimo de cuatro. Dos de ellos realizarán la inmersión (nunca conviene que sean más de tres) y los otros dos permanecerán sobre el hielo, en constante atención para cualquier cosa que puedan precisar los buceadores. Al menos uno de los dos que permanecen en la superficie deberá mantenerse perfectamente equipado para poder responder de inmediato ante cualquier situación de peligro.


RIESGOS DEL BUCEO BAJO EL HIELO

Tal y como hemos señalado, el buceo bajo hielo es una modalidad eminentemente técnica que supone una serie de riesgos. El buceador que se decida a practicarla, deberá estar perfectamente preparado, tanto técnica como físicamente.


A pesar de esta preparación, debemos ser conscientes de que existen una serie de peligros que siempre estarán presentes en una inmersión bajo hielo. Conocerlos nos ayudará a minimizar sus consecuencias:
Sin lugar a dudas, el frío será el mayor problema. La pérdida de calor (fundamentalmente en la cabeza) produce un aumento del ritmo cardíaco, como respuesta de nuestro organismo para intentar transportar sangre caliente a todos los rincones de nuestro cuerpo. Esto conlleva que el consumo del aire sea mayor y por tanto el nivel de fatiga y de estrés se eleva.
Todo esto junto hace que el organismo absorba más cantidad de nitrógeno en menos tiempo.
Pero la pérdida de calor tiene otras consecuencias. Como ya es sabido, el frío tiene un fuerte efecto analgésico, que nos puede llevar a perder la sensación de tacto y el control de nuestra fuerza, algo que puede llevar a numerosos accidentes. Debemos ser sumamente cuidadosos a la hora de manipular cualquier objeto en la inmersión.
Nunca realizar inmersiones que requieran realizar paradas de descompresión.
Nunca se deben realizar inmersiones a grandes profundidades, para evitar problemas de saturación de nitrógeno. Como regla no superaremos jamás la profundidad de 20 metros. Como fondo operativo nos colocaremos a 15 metros.
Es conveniente realizar una parada de seguridad a tres metros.
Debemos prever en todo momento los efectos de las bajas temperaturas tanto en nuestro cuerpo como sobre nuestro material. Es importante que nos coloquemos el regulador en la boca, comenzando a respirar una vez nos hayamos sumergido totalmente, sin sacar el regulador a la superficie hasta que no demos por finalizada la inmersión.
Esta es la única forma para evitar la formación de hielo en la primera etapa del regulador, que podría llevar a un bloqueo del mismo y a la salida de aire con flujo continuo.
A la hora de ascender, deberemos respetar la velocidad de ascenso teórica, calculada sobre 9 metros/minuto a nivel del mar.
A nivel psicológico, deberemos superar barreras como la claustrofobia, la desorientación, la sensación de pánico...
Tras realizar la inmersión, evitaremos subir a cotas superiores a la del lugar de inmersión.


MATERIAL ESPECIFICO
Traje: si mantener la temperatura corporal es fundamental durante cualquier inmersión, al sumergirnos bajo el hielo se convierte en una cuestión casi de vida o muerte. En consecuencia deberemos disponer de un traje que evite la pérdida de calor.


Aconsejamos en este punto el uso de trajes secos de volumen variable; éstos evitan que nuestro cuerpo entre en contacto con el agua, proporcionando el mejor aislamiento y evitando los peligros de la hipotermia.


Si nunca hemos utilizado un traje de este tipo debemos ser conscientes de que se precisa de cierto entrenamiento para conseguir controlar la flotabilidad. Sumergirse previamente con él en una fosa de buceo es siempre buena idea.
Regulador: uno de los accidentes que más comúnmente se produce en esta modalidad de buceo es el de la formación de hielo en la primera etapa de nuestro regulador, lo que puede llevar a un bloqueo del mismo.




Por ello no será suficiente con el tradicional Octopus que utilizamos en nuestras salidas de buceo, sino que deberemos decantarnos por una botella con doble grifería y con dos reguladores completos.



En el mercado existen además reguladores especiales para el buceo bajo hielo o Kits para aguas frías (en el caso de que nuestro regulador nos proporcione esta opción). La función de estos kits es la de aislar la primera etapa, cerrándola herméticamente mediante un líquido que presenta una temperatura de congelación inferior a la del agua.
Cabo Guía: el único elemento que nos mantendrá en contacto con el exterior; por lo que nunca debemos menospreciar su enorme importancia. Cada buceador deberá llevar un carrete de unos 50 metros, que irá unido al cabo principal que llevará el instructor-guía.
Guantes: deberán ser lo suficientemente robustos para que el frío no se apodere de nuestras manos pero a la vez que nos permitan mantener el movimiento y la sensibilidad. Es fundamental que la circulación sanguínea no se vea interrumpida.
Gorro para hielo, que sólo deja al descubierto ojos, nariz y boca y se llevan por debajo de los gorros normales.
Focos: bajo el techo de hielo la luz puede disminuirse notablemente, por lo que se hará totalmente necesaria la utilización de fuentes luminosas artificiales.
El resto del equipo será el utilizado en cualquier inmersión de buceo.

Aunque tomemos todas estas precauciones algunas veces es necesario correr algún riesgo.



TIPOS DE TRAJES PARA BUCEAR

Un traje de buceo es un traje que buzos y buceadores utilizan para protegerse del frío cuando están sumergidos en el agua. Lo forman un conjunto de prendas diseñadas para proteger al buceador del frío (en el agua se pierde temperatura rápidamente) y en menor medida de cortes y rasgaduras por el reblandecimiento de la piel. Así como permitirle flotar o hundirse a voluntad y respirar debajo del agua (cuando se bucea con escafandra autónoma).

Los trajes acuáticos actuales, están hechos de neopreno, un material inventado por el estadounidense Hugh Bradner en 1951 en la Universidad de California. La comercialización de trajes de buceo realizados en neopreno no reemplazó inmediatamente a los trajes de caucho o de espuma de poliuretano pero progresivamente acabó por imponerse al resto de materiales.

Existen varios tipos de trajes:
  1. Traje seco
  2. Traje semiseco
  3. Traje húmedo
  1. El traje seco deja la cabeza, las manos y los pies al descubierto, pero cierra el traje en cada una de esas articulaciones (cuello, muñecas y tobillos), impidiendo que el agua entre en el interior. La capa de aire aprisionada en el interior del traje mantiene el cuerpo del buceador completamente seco y además ocupa la función de aislante suplementario. Algunos trajes secos son de volumen constante, es decir que están conectados a la reserva de aire comprimido del buceador para que este, mediante un sistema de válvulas de entrada y salida, pueda modificar su flotabilidad en función de la profundidad en la que se encuentra.
  2. El traje semiseco cubre los brazos y las piernas, como el traje seco, pero a diferencia de este el cierre estanco no se encuentra al nivel de las muñecas y los tobillos sino en las axilas y las ingles. El agua penetra por tanto bajo el neopreno y moja los brazos y las piernas del buceador.
  3. El traje húmedo es el más barato y el más común entre los buceadores. Los surfistas y practicantes de otros deportes acuáticos también usan este tipo de traje. En los trajes húmedos el agua penetra en el interior del traje, es decir entre el traje y el cuerpo del buceador, formando una pequeña capa de agua aprisionada que calentada por el cuerpo del buceador sirve de aislante suplementario al neopreno. El aislamiento térmico de la combinación neopreno-agua es sin embargo muy inferior al aislamiento que se consigue con la capa de aire de un traje seco.
También tenemos que tener en cuenta a la hora de clasificar los trajes en el espesor.
En función del grado deseado de protección contra el frío los fabricantes dotan a sus trajes de buceo de un mayor o menor espesor de neopreno. Cuanto más espesor mejor protección contra el frío pero también menos movilidad y más tiempo se tarda en ponerse el traje. Los buceadores sólo se ponen trajes húmedos de espesores 2, 5 mm para aguas que no suelen bajar de los 15° centígrados de temperatura. Para bucear en aguas más frías los trajes húmedos suelen ser de entre 5 y 7 milímetros y en general con doble espesor en la zona del torso (10 y 14 melímetros). Los trajes secos suelen ser también de 5, 7 o más milímetros y no pueden ser llevados en doble espesor, pero el aire es un buen aislante térmico y protegen mejor del frío que los trajes húmedos, incluso aunque estos estén compuestos de dos piezas de neopreno. Para aguas de temperaturas glaciales, a pocos grados por encima o por debajo de cero, existen trajes secos especiales, destinados a bucear, por ejemplo, en lagos de alta montaña o bajo las banquisas de los polos.

SIN LIMITES Y SIN BOTELLA!

 Hace tres años, se presentó el Prototipo Nautilus kit en un evento promovido por el Ayuntamiento de Soto de la Vega en León. Este invento para bucear sin botella, que está en proceso de patentes y que no tardará en comercializarse, es tan sencillo como simple y “limpio”. Probablemente va a revolucionar el mundo del buceo.

El Nautilus Kit, es en esencia un compresor eléctrico alimentado mediante una placa solar, montada sobre una especie de boya flotante, con aspecto de maleta para que su transporte sea sencillo y cómodo. El equipo es hermético y el compresor recoge el aire de superficie a través de un tubo impidiendo que en casos de fuerte oleaje e incluso lluvia entre el agua.

Según palabras de su inventor, Francisco Angulo Lafuente “Hace ya casi 15 años realicé el curso de buceo y, desde entonces, solo he buceado 4 o 5 veces con botella. En cambio, este verano, he realizado cientos de inmersiones”.

Este invento va camino de revolucionar el mundo del buceo con escafandra autónoma. Pero lo que sí queda claro por ahora es que soluciona de un plumazo los inconvenientes del buceo tradicional, que son varios frente a las cualidades del Nautilus.

En primer lugar el alto precio del equipamiento. Después tenemos que contar con un club de buceo que nos cargue las botellas, así que siempre hay que depender de terceros. La recarga de las botellas tiene un coste de unos 50 o 60 € y la duración de la carga nos da para unos 20 o 60 minutos dependiendo de la profundidad a la que nos encontremos. Si el equipo es de alquiler olvidémonos de bucear por nuestra cuenta donde queramos…

Siendo todo el equipo nuestro, aparte de retimbrados y revisiones tenemos que contar con que nos recarguen las botellas y para esto debemos pedir día y hora. Tampoco podemos llevar el equipo a lugares poco accesibles ya que su peso ronda los 30 kg.

La mayoría de los títulos limitan la profundidad máxima a 25 o 30 metros. Aunque el Nautilus está recomendado entre 10 o 12 metros, para no tener que realizar parada de descompresión, tiene potencia suficiente para descender hasta 60 metros.

Los sistemas de buceo mediante compresor, son más antiguos que el buceo con botella, comparado las botellas con los antiguos compresores las ventajas eran innumerables, pero la tecnología de buceo con botella apenas a variado desde sus comienzos, en cambio la tecnología de los compresores a mejorado muchísimo. Ya no se necesitan grandes compresores diesel, los compresores eléctricos tienen potencia para bajar a profundidades superiores a los 100 m, uniendo esto al desarrollo de nuevas placas fotovoltaicas a dado lugar al nacimiento del Nautilus Kit. Este sistema es sin lugar a duda el que utilizarán la mayoría de los buzos en el futuro.

VENTAJAS DEL NAUTILUS KIT FRENTE A OTROS SISTEMAS DE BUCEO

- El Nautilus es hermético y puede utilizarse bajo la lluvia. El resto de sistemas de carga mediante compresor NO.

- Puede utilizarse entre obstáculos estrechos como arboles, columnas, etc…

- No necesita preparativos, siempre está listo para ser usado.

- Lo puede transportar con facilidad una única persona.

- Puede utilizarse con fuerte oleaje y condiciones adversas.

- Permite libertad de movimientos; el buceador no lleva peso encima ni necesita Jacket puede desplazarse bajo el agua a gran velocidad.

- No utiliza combustibles en las recargas, por lo que puede utilizarse en zonas protegidas, parques naturales etc…

- Con su correspondiente placa solar puede utilizarse de forma indefinida. Los sistemas de botella solo tienen una duración de entre 20-60 min por recarga.

- Puede transportarse en el maletero de cualquier automóvil.

- Pueden conectarse accesorios. Al disponer de una fuente de alimentación podemos conectar accesorios, como focos, hidro-scuter , herramientas para trabajos subacuáticos, etc…

- Es muy resistente y no necesita ningún mantenimiento.

- Lo más parecido al Nautilus Kit es un compresor de gasolina su coste de venta al público está en torno a los 2.000 €. El Nautilus se venderá entorno a los 500 € o tal vez menos.


viernes, 19 de abril de 2013

HISTORIA Y EVOLUCION DEL SONAR

NOTA DE LOS PROFESORES: SEGÚN NOS INDICA Dani J.Åkerberg ESTE ARTÍCULO ESTÁ COPIADO CASI LITERALMENTE de la web U-Historia (www.u-historia.com), a partir de un articulo realizado por Francisco José Santos para U-Historía.

Además, las imágenes que ilustran el artículo se cargan de laa de la web de U-Historia, con lo que se produce otro "robo", no solo intelectual, ya que en este caso del ancho de banda del servidor de U-Historia.



No hemos querido eliminar esta entrada del blog sino tacharla y añadirle esta nota porque, aunque se trata de un trabajo escolar, la premisa esencial en cualquier trabajo de investigación, siquiera bibliográfica, es la de respetar escrupulosamente los derechos de autor y la propiedad intelectual de quienes, antes que nosotros, se han dedicado a estudiar una temática concreta. 

Citar las fuentes es no solo una muestra de buena práctica sino UNA OBLIGACIÓN de todo alumno que esté iniciándose en las técnicas de investigación-divulgación.

Desde estas líneas transmitimos nuestra más sincera disculpa a Dani J.Åkerberg y la hacemos pública con una doble misión: por un lado reconocer la comisión de esta grave acción por parte de la autora de esta entrada, contraviniendo las instrucciones claras que se dieron cuando se les propuso esta tarea desde el profesorado a cargo de la actividad, y, por otro, dejar patente para todo el que visite por error esta página, buscando información sobre esta temática, CUÁL DEBE SER EL COMPORTAMIENTO ADECUADO PARA CUALQUIER USUARIO DE ESE RECURSO TAN DEMOCRÁTICO Y GENEROSO como es Internet y que, en modo alguno, debe degenerar en un ejercicio de robo intelectual por muy habitual que sean estas prácticas entre los estudiantes. 

Detrás de cualquier trabajo siempre hay horas de esfuerzo -cuando no una inversión económica- y es un mandato obligatorio de todos los que creemos en la divulgación del conocimiento a través de estos medios el respetarlo, valorarlo y citarlo.


Dani J.Åkerberg, deja una reflexión directa a la autora de este trabajo que reproducimos aquí porque refleja de modo directo el sentimiento producido por este hecho en los autores del trabajo original:

Laura Pérez, es una desfachatez que copies un artículo de otro autor (además con protección de copyright) y te apuntes su autoría t no indiques la fuente original.
Reproducimos igualmente la cobertura legal que avala este trabajo y que se recoge en la dirección siguiente:

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación, por cualquier medio o procedimiento, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del propietario de U-historia. Toda forma de utilización no autorizada será perseguida conforme a lo establecido en la leyes nacionales e internacionales.

El proyecto http://www.u-historia.com se encuentra bajo la protección jurídica de la Oficina del Registro de la Propiedad Intelectual de España con número de inscripción CC-111-08 de fecha 12 de mayo de 2008, quedando de igual manera amparado por los acuerdos y convenios internacionales sobre propiedad intelectual. Todo el contenido de esta obra está protegido por derechos legales, reservándose el propietario de dichos derechos ejercer acciones jurídicas en defensa de los mismos.

Los trabajos y artículos sobre el submarino del tipo XXI publicados en http://www.u-historia.com, firmados por José Carlos Violat Bordonau, pertenecen al libro “El Submarino alemán del tipo XXI” y se encuentran bajo la protección jurídica de la Oficina del Registro de la Propiedad Intelectual de España con número de asiento CC-91-08 de fecha 15 de abril de 2008, amparados por los acuerdos y convenios internacionales sobre propiedad intelectual. El autor permite su copia o reproducción siempre que se cite su autoría y la fuente original de u-historia.com.

Agradecemos a Dani J.Åkerberg el tiempo dedicado a hacer llegar a los responsables de este trabajo este hecho. A la alumna responsable se le ha retirado el derecho de seguir escribiendo en este blog y la entrada afectada ha sido tachada como y atenuado su color, así como eliminadas las imágenes utilizadas cuyo uso no había sido autorizado por los autores del trabajo original.


jueves, 18 de abril de 2013

Y SI ALGO FALLA?


Cada metro que descendemos bajo el agua se produce un
incremento de la presión, debido al volumen de agua que
tenemos encima de nosotros. Esta presión nos afecta, y es el principal problema a tener en cuenta en el buceo.
El incremento de presión, no tendría en principio más misterio que el realizar la “compensación” o maniobra de Vasalva. El problema viene, al estar respirando una mezcla de oxígeno, y nitrógeno, sometidos a la presión del agua.

En tierra nuestro cuerpo, expulsa el nitrógeno, normalmente, y no existe ningún problema. Pero bajo el agua, nuestro cuerpo, asimila el nitrógeno, y este pasa a la sangre por efecto de la presión. Por lo tanto, debe ser expulsado en gran medida de la sangre antes de estar en superficie. Luego, una vez en tierra , nuestro cuerpo durante las siguientes 24 horas tras la inmersión, habrá expulsado el resto.

Es por lo tanto necesario en toda inmersión, antes de alcanzar la superficie , conseguir que nuestro índice de nitrógeno en sangre, denominado “GRUPO”, se haya reducido, de tal forma que una vez en superficie no tengamos ningún problema de descompresión.

Con equipo de respiración autónomo convencional , mezcla convencional:
- Inmersiones por encima de – 30 m :

Deben realizar una parada de seguridad de 3 a 5 minutos a 5 metros de profundidad. - Inmersiones por debajo de – 30 m :

Deben realizar una parada de descompresión atendiendo al tiempo de fondo.

De no realizarse la parada de descompresión correspondiente a cada inmersión:

- El nitrógeno buscará una salida de nuestro cuerpo , y lo hará a través de la piel:

Ocasionará burbujas en la piel.
Dolor en articulaciones.
Mareos
Pérdida de orientación.
Pinchazos

- Deberemos acudir en menos de una hora a la cámara hiperbárica más próxima , para someternos a tratamiento. El traslado se hará a nivel del mar, para que nuestro cuerpo no sufra nuevos cambios de presión. Si es por medio de evacuación con helicóptero, esta se hará lo más cerca del mar, o cota cero y a la mayor velocidad posible.
- De no hacerlo, la muerte es lo más probable.

En el buceo autónomo con carácter deportivo, nunca se deben superar los 40 m de profundidad. Debiendo en todo caso respetarse la cota establecida por nuestra titulación.

Tener en cuenta que en superficie la presión es de 1 atmósfera, a 10 metros, 2 atmósferas, a 20 metros, 3 atmósferas, y a 30 metros, 4 atmósferas.

Por esto, cuando se produce la enfermedad de la descompresión es necesario acudir a una cámara hiperbárica.



Son el equipo fundamental en el tratamiento de los accidentes de descompresión y tienen por finalidad reproducir las condiciones barométricas a las que se hallaba sometido el buceador, se las emplea cuando un buceador no respeta la tabla de descompresión y/o la velocidad de ascenso o porque se prevé efectuar la descompresión de esa manera (buceos técnicos, en plataformas petroleras, etc.).

Su operatoria consiste en introducir al buceador en la cámara y someterlo a una presión equivalente a la que soportó en su descenso, para luego "ascenderlo" cumpliendo los tiempos y paradas previstas en las tablas de descompresión.

Básicamente hay dos tipos de cámara: transportables y fijas. Las primeras son para uso individual, pueden ser rígidas o telescópicas y normalmente pueden alcanzar presiones de hasta 5 atmósferas. Son ideales para utilizar como primeros auxilios y para el posterior traslado a una cámara fija de tratamiento.

La versión más común de cámara hiperbárica es conocida como "cartucho", se trata de un cilindro, de poco peso y reducido tamaño, de 2 m de largo, 80 cm de diámetro del lado de la escotilla de acceso y 50 cm del extremo opuesto. Para su funcionamiento puede ser conectada a cualquier fuente de aire comprimido, desde las simples botellas de buceo, a una batería de botellas industriales o a un compresor.

En su escotilla van acopladas las válvulas de entrada del aire y los manómetros de control. En su reducido interior hay una camilla donde se acomoda al buzo accidentado, al que se observa mediante la mirilla ubicada a la altura de su cabeza.

Este tipo de cámaras son ideales para centros turísticos o deportivos con una concurrencia importante de personas que practican buceo, dado el nivel de prevención que les brinda en relación con su reducido costo.

Las fijas pueden ser de un cuerpo o más, son mucho más amplias que las transportables y en cuanto a su capacidad pueden ser para una persona o para varias simultáneamente. Estas cámaras pueden soportar presiones de servicio de hasta 30 atmósferas.

Además de los casos mencionados, estas cámaras son usadas para entrenamientos de grupo, oxigenoterapia y medicina hiperbárica. Muchas de este tipo de cámaras permiten el acople de cámaras transportables a través de una de sus escotillas, lo que posibilita continuar tratamientos con presencia médica.

A pesar de que hoy en día se emplean otros materiales y técnicas, la mayoría están construidas de aceros especiales elaborados bajo rigurosas normas de fabricación. En su forma más simple son un cilindro cerrado en un extremo con una escotilla de ingreso en el otro y están provistas de:

- compuerta de cierre hermético
- ventanillas de observación
- sistema de intercomunicación
- sistema de iluminación interna
- válvulas de admisión, descarga y de seguridad
- manómetros y relojes
- sistema de provisión de aire o mezclas especiales y ventilación interior
- dispositivo para la introducción de alimentos, medicamentos, etc.

Las cámaras de un cuerpo son una versión mejorada del "cartucho", que pueden operar a mayor presión, no obstante, y dado que normalmente su capacidad hace que el buzo quede aislado solo pueden usarse con pacientes que están completamente conscientes.

Finalmente están las cámaras más de un cuerpo o módulo, cuya compleja instalación hace necesario que tengan una base fija. Básicamente los modelos más sencillos están constituidos por un gran cilindro de acero o aluminio, cuyo interior está separado en una cámara principal y una antecámara de acceso y salida, las que están unidas entre sí por medio de una escotilla. La antecámara posibilita el ingreso y salida a la cámara principal en dos etapas.

Estando la cámara principal cerrada y comprimida, se accede primero a la antecámara. Luego se eleva la presión de esta hasta el nivel de presión de la cámara principal, con lo que finalmente se puede ingresar a la cámara principal. Para la salida se sigue el procedimiento inverso, con la salvedad de que deberá verificarse la necesidad de descompresión en función del tiempo y la presión soportada en la cámara principal.

De esta manera es factible llegar hasta el interior de la cámara principal sin haber modificado la presión interna de la misma, o sin haber interrumpido el tratamiento en caso de que así fuera.

Este tipo de cámaras están construidas con materiales incombustibles y disponen de sistemas de comunicación e iluminación especiales para evitar chispas y cualquier posibilidad de incendio. Los paneles de control externos controlan: ventilación, presiones de cámara y antecámara, suministro de aire y de oxígeno, renovación de aire, control de temperatura, comunicaciones e iluminación. Estos controles, en algunos casos, tiene réplicas internas.



El sistema de provisión de aire suele estar duplicado, dada su vital importancia, con lo que encontramos un sistema principal (equipo de compresores, depósito de aire y filtros) y uno de reserva (batería de botellas).

EQUIPO DE BUCEO

Tras el viaje a San Javier, el bautismo de buceo y nuestra visita al CBA, hemos aprendido mucho más sobre la tecnología que hace posible que hoy todos podamos ver el espectacular mundo marino.

ALETAS

Se trata de la parte más versatil del equipo de buceo, cuya finalidad es la de aprovechar al máximo el impulso de las piernas del buceador, disminuyendo el esfuerzo necesario para avanzar al tiempo que aumenta enormemente la velocidad.
Unas buenas aletas deben tener un trazado oblicuo( para aprovechar la palmada al máximo y evitar calambres por malas posturas) .La pala de la aleta deberá ser lo suficientemente rígida para contrarrestar la resistencia del agua.

En resumen y simplificando la cuestión, podemos decir que cuanto más larga y flexible sea una aleta, nos permitirá alcanzar una mayor velocidad, pero también nos exigirá más esfuerzo a la hora de moverla.

BOTELLAS

Depósito cilíndrico fabricados en acero o aluminio en el que se almacena aire atmosférico a una presión de 200 atmósferas (200 bar), que será el que respire el buceador durante la inmersión.

Existen botellas con diferentes capacidades, las más usuales son las de 10, 12, 15 ó 18 litros, lo que conlleva que en estas botellas puede llegar a almacenarse 2000, 2400, 3000 ó 3600 litros de aire a presión atmosférica. Estas cantidades que en principio parecen enormes, resultan bajas teniendo en cuenta que el consumo es mayor que en la superficie al respirar a una presión elevada y realizar ejercicio físico. Aunque el gasto de aire dependerá directamente de las características físicas del individuo, lo más habitual es el uso de botellas de 18 litros.

Las botellas van equipadas con un grifo especial que permite el acoplamiento del regulador de presiones, cuyo fin es el de que se produzca la mínima pérdida de aire posible. El grifo está provisto en su punto de conexión con el primer cuerpo del regulador de una junta de material elástico denominada Junta Tórica, que garantiza su estanqueidad. Estos grifos requieren de un cuidado especial, se debe evitar muy mucho tratarlo con violencia, mientras que la junta Tórica deberá ser reemplazada con cierta asiduidad para evitar desajustes del regulador. 

Otra de las partes fundamentales de la botella es el mecanismo de reserva, que cuenta con dos partes principales: una interior para el almacenamiento de la reserva y otra exterior, que es la varilla que acciona el mecanismo.

Por su parte el manómetro comprobador de la presión nos permite conocer en cualquier momento el volumen de aire del que disponemos.



La legislación vigente obliga a que las botellas sean revisadas cada cuatro años por la Delegación de Industria, quedando totalmente excluidas para el uso aquellas botellas que no cumplan este requisito. De cualquier forma y aunque la ley estipule un periodo de cuatro años, lo más conveniente y recomendable es realizar una revisión cada tres años para una mayor seguridad.

BRÚJULA

Sirve para marcar el Norte geográfico tanto en la superficie como debajo del mar y si bien no se puede considerar como un elemento imprescindible del equipo de buceo sí es verdad que puede resultarnos de gran ayuda ya que nos valdrá para orientarnos, fundamentalmente cuando la visibilidad es baja o en inmersiones nocturnas



CINTURÓN DE LASTRE

Es uno de los elementos más importantes del equipo, entendiendo que servirá al buceador para sumergirse bajo el agua venciendo el empuje que ésta realiza hacia la superficie (Principio de Arquímedes), ya que aumenta el peso específico de la persona.

Este cinturón consiste en una tira de nylon a la que van sujetas diferentes piezas de plomo (normalmente de 1 ó 2 kilos de peso cada una). Una de las partes principales de este cinturón es el cierre, que deberá permitir una apertura rápida para que en caso de emergencia podamos librarnos rápidamente de él.

La cantidad de lastre que se debe utilizar no es la misma para todo el mundo. Para el cálculo de la cantidad de lastre necesario, deberán tenerse en cuenta los siguientes factores:
Constitución física del individuo: un hombre grueso necesitará más lastre que otro fibroso.
El grosor del traje (flota más cuanto más grueso sea).
El equipo: según sea mono o bibotella.
Un elemento importantísmo a tener en cuenta es que, al ir finalizando la inmersión, las botellas se irán vaciando, lo cual disminuirá notablemente su peso (una botella llena de aire pesa alrededor de 3 kilos). Si no vamos correctamente lastrados teniendo en cuenta este hecho, correremos el riesgo de salir disparados hacia la superficie.

CHALECO

El Chaleco Hidrostático o Compensador mantiene el equilibrio hidrostático durante la inmersión a cualquier profundidad, permitiendo que el buceador tenga una flotabilidad neutra debajo del mar (es decir, que ni suba si baje); además de que permite una forma cómoda de sujeción de la botella y sus bolsillos nos permitirán cargar con numerosos elementos.


Existen numerosos modelos, con diferentes características, todos ellos disponen de un sistema de inflado y desinflado manual (con la boca), una o más válvulas de vaciado rápido y una de seguridad para evitar la explosión por sobreinflado.

Debe ser manejado con cuidado ya que de otra forma puede llevarnos a accidentes muy peligrosos. El mayor riesgo se presenta durante el ascenso a la superficie ya que al disminuir la presión, el aire se dilata lo cual puede provocar, si no lo vaciamos de forma correcta, un aumento progresivo de la velocidad de subida que puede llevar a un accidente de descompresión.

GUANTES

Si bien no es un elemento imprescindible, sí es cierto que su utilización tiene enormes ventajas:
- Evitan el frío en las manos.
- Protegen las manos de posibles golpes y rozaduras (muy comunes).
- Nos permiten agarrarnos a determinadas zonas sin peligro de hacernos daño.

Normalmente están fabricados en neopreno, que puede ser de diferentes grosores (cuanto más gruesos protegen más, pero también son más incómodos).

LINTERNA

No debemos pensar que el uso de las linternas o focos queda exclusivamente cerrado a las inmersiones nocturnas o en cuevas. Una fuente de luz puede sernos de gran utilidad en pleno día y en mar abierto, ya que con ella podremos analizar el interior de pequeñas grutas, agujeros y grietas; además de ser la única forma para poder apreciar los colores reales de la flora y fauna marina.

La linterna deberá estar fabricada en materiales inoxidables y han de ser estancas, para evitar la entrada de agua. Es más recomendable que su alimentación se realice por medio de una batería que a través de las tradicionales pilas.


MANÓMETRO

Elemento imprescindible, ya que nos da a conocer el aire del que disponemos en cada momento informándonos con ello de si podemos o no continuar la inmersión.

Va conectado a la toma de alta presión del regulador y nos indica la presión mediante una aguja que se mueve en una esfera graduada, donde la zona de reserva irá marcada en rojo.



MÁSCARA

La máscara, vulgarmente conocida como "gafas", nos va a servir para aislar al ojo del contacto directo con el agua al tiempo que le crea un ambiente aéreo adecuado para favorecer la correcta visibilidad.

Algunos consejos para la utilización correcta de las gafas:
Para evitar el empañamiento de las gafas debido a la diferencia de temperatura existente entre el exterior y el interior de las mismas: antes de colocárnosla escupiremos en su interior y después las enjuagaremos.
No apretar demasiado la máscara, ya que lo único que ganaremos serán dolores de cabeza.


ORDENADOR DE BUCEO

La aparición de los nuevos ordenadores de buceo supuso una gran revolución ya que incluyen gran cantidad de funciones, con un consumo mínimo.

Esta máquina puede captar datos como la duración de la inmersión, su profundidad e incluso la temperatura del agua, para calcular el nivel de saturación de nitrógeno alcanzado por los tejidos del buceador. A partir del cual mostrará cuánto tiempo podemos estar a esa profundidad y si será necesario realizar descompresión (en función de lo cual también indicará el número de paradas necesarias).

PROFUNDÍMETRO

Como su propio nombre indica, el profundímetro nos va a servir para mostrarnos la profundidad a la que nos encontramos en cada momento. Este dato, junto con el del tiempo de inmersión, son fundamentales para no correr riesgos innecesarios.

REGULADOR

Elemento fundamental del equipo por su finalidad: sirve para proporcionar el aire con fluidez y comodidad a cualquier profundidad a la que nos encontremos.

Existen dos tipos de reguladores:
  • Bitráquea: ya en desuso, está dejando de fabricarse.
  • Monotráquea: consta de dos cuerpos unidos entre sí por un tubo flexible:
  • Primer cuerpo: metálico, contiene la cámara de alta presión y va sujeto a la botella. Suele tener varias salidas, de alta y baja presión en las que se coloca el manómetro y el latiguillo de inflado directo del chaleco.
  • Tubo: forma la cámara de baja presión. Une al primer cuerpo con el segundo.
  • Segundo cuerpo: contiene la cámara de presión ambiente, donde junto con el botón de purga y los orificios para la salida de aire, se halla la boquilla de la que el buceador toma el aire.


Aquí os dejamos un video explicativo de estos elementos por un profesional del CBA, grabado por nosotras.