domingo, 21 de abril de 2013

¿CONOCES EL BUCEO BAJO EL HIELO?


TÉCNICA. DESARROLLO DE UNA INMERSIÓN BAJO EL HIELO

No sobrepasar los quince o veinte minutos de inmersión. Esta es la regla básica del buceo bajo hielo.
Ese intervalo de tiempo es el que necesita el frío para comenzar a abrirse paso hacia nosotros y provocar las temidas pérdidas de calor corporal. Si se respeta, evitaremos muchos de los numerosos accidentes que vienen provocados por esa pérdida de calor. 

Bucear bajo hielo supone tener en todo momento sobre nuestras cabezas un techo que no nos permitirá salir a la superficie por cualquier lugar que deseemos, únicamente dispondremos de un pequeño hueco, una ventana al exterior a la que nunca deberemos perder de vista.



Una inmersión de este tipo precisa de una planificación previa, informarnos con antelación del estado de la zona, de las condiciones meteorológicas que vamos a tener, los posibles cambios de tiempo, las características propias del lugar... teniendo en cuenta que ante cualquier tipo de riesgo, lo más acertado será anular completamente nuestros planes. En una actividad extrema como ésta correr cualquier peligro es totalmente absurdo.


Si todas las condiciones se presentan adecuadas, nos dirigiremos a la zona de inmersión y una vez allí deberemos proceder a analizar de nuevo la situación. Estudiaremos la capa de hielo, con el fin de determinar su resistencia y la capacidad de aguante que tendrá, teniendo en cuenta que el espesor ideal es el que ronda los 20 centímetros.


Lo tenemos todo decidido, las condiciones son adecuadas y vamos a proceder a sumergirnos bajo la capa de hielo. En este momento lo primero que tendremos que hacer es fijar la cuerda de seguridad. La importancia de esta cuerda es tal que hablar de ello resulta mucho más que obvio; es lo único que nos mantendrá constantemente enlazados con el exterior por lo que su fijación fuera del hielo debe proporcionarnos la máxima seguridad posible (una vez dentro del hielo no podemos pensar en que tal vez deberíamos haber atado la cuerda a otro lugar). Buscaremos un punto que nos ofrezca completa confianza (un árbol, una roca...) y se realizarán los nudos adecuados para asegurar totalmente que la cuerda no se va a soltar frente a ningún tipo de movimiento.




Llegados a este punto, nos dispondremos a realizar un agujero de entrada y salida, la ventana con el exterior. Su forma deberá ser triangular o rectangular, pero nunca cuadrado ni redondo, la razón de esto es sencilla: las dos primeras forma favorecen la entrada y salida del agujero ya que los buzos pueden apoyarse mejor en los lados.



Para la realización del agujero utilizaremos un serrucho (si la capa de hielo no es muy gruesa) o una sierra mecánica, para espesores mayores.

El grupo de buceadores será siempre de un mínimo de cuatro. Dos de ellos realizarán la inmersión (nunca conviene que sean más de tres) y los otros dos permanecerán sobre el hielo, en constante atención para cualquier cosa que puedan precisar los buceadores. Al menos uno de los dos que permanecen en la superficie deberá mantenerse perfectamente equipado para poder responder de inmediato ante cualquier situación de peligro.


RIESGOS DEL BUCEO BAJO EL HIELO

Tal y como hemos señalado, el buceo bajo hielo es una modalidad eminentemente técnica que supone una serie de riesgos. El buceador que se decida a practicarla, deberá estar perfectamente preparado, tanto técnica como físicamente.


A pesar de esta preparación, debemos ser conscientes de que existen una serie de peligros que siempre estarán presentes en una inmersión bajo hielo. Conocerlos nos ayudará a minimizar sus consecuencias:
Sin lugar a dudas, el frío será el mayor problema. La pérdida de calor (fundamentalmente en la cabeza) produce un aumento del ritmo cardíaco, como respuesta de nuestro organismo para intentar transportar sangre caliente a todos los rincones de nuestro cuerpo. Esto conlleva que el consumo del aire sea mayor y por tanto el nivel de fatiga y de estrés se eleva.
Todo esto junto hace que el organismo absorba más cantidad de nitrógeno en menos tiempo.
Pero la pérdida de calor tiene otras consecuencias. Como ya es sabido, el frío tiene un fuerte efecto analgésico, que nos puede llevar a perder la sensación de tacto y el control de nuestra fuerza, algo que puede llevar a numerosos accidentes. Debemos ser sumamente cuidadosos a la hora de manipular cualquier objeto en la inmersión.
Nunca realizar inmersiones que requieran realizar paradas de descompresión.
Nunca se deben realizar inmersiones a grandes profundidades, para evitar problemas de saturación de nitrógeno. Como regla no superaremos jamás la profundidad de 20 metros. Como fondo operativo nos colocaremos a 15 metros.
Es conveniente realizar una parada de seguridad a tres metros.
Debemos prever en todo momento los efectos de las bajas temperaturas tanto en nuestro cuerpo como sobre nuestro material. Es importante que nos coloquemos el regulador en la boca, comenzando a respirar una vez nos hayamos sumergido totalmente, sin sacar el regulador a la superficie hasta que no demos por finalizada la inmersión.
Esta es la única forma para evitar la formación de hielo en la primera etapa del regulador, que podría llevar a un bloqueo del mismo y a la salida de aire con flujo continuo.
A la hora de ascender, deberemos respetar la velocidad de ascenso teórica, calculada sobre 9 metros/minuto a nivel del mar.
A nivel psicológico, deberemos superar barreras como la claustrofobia, la desorientación, la sensación de pánico...
Tras realizar la inmersión, evitaremos subir a cotas superiores a la del lugar de inmersión.


MATERIAL ESPECIFICO
Traje: si mantener la temperatura corporal es fundamental durante cualquier inmersión, al sumergirnos bajo el hielo se convierte en una cuestión casi de vida o muerte. En consecuencia deberemos disponer de un traje que evite la pérdida de calor.


Aconsejamos en este punto el uso de trajes secos de volumen variable; éstos evitan que nuestro cuerpo entre en contacto con el agua, proporcionando el mejor aislamiento y evitando los peligros de la hipotermia.


Si nunca hemos utilizado un traje de este tipo debemos ser conscientes de que se precisa de cierto entrenamiento para conseguir controlar la flotabilidad. Sumergirse previamente con él en una fosa de buceo es siempre buena idea.
Regulador: uno de los accidentes que más comúnmente se produce en esta modalidad de buceo es el de la formación de hielo en la primera etapa de nuestro regulador, lo que puede llevar a un bloqueo del mismo.




Por ello no será suficiente con el tradicional Octopus que utilizamos en nuestras salidas de buceo, sino que deberemos decantarnos por una botella con doble grifería y con dos reguladores completos.



En el mercado existen además reguladores especiales para el buceo bajo hielo o Kits para aguas frías (en el caso de que nuestro regulador nos proporcione esta opción). La función de estos kits es la de aislar la primera etapa, cerrándola herméticamente mediante un líquido que presenta una temperatura de congelación inferior a la del agua.
Cabo Guía: el único elemento que nos mantendrá en contacto con el exterior; por lo que nunca debemos menospreciar su enorme importancia. Cada buceador deberá llevar un carrete de unos 50 metros, que irá unido al cabo principal que llevará el instructor-guía.
Guantes: deberán ser lo suficientemente robustos para que el frío no se apodere de nuestras manos pero a la vez que nos permitan mantener el movimiento y la sensibilidad. Es fundamental que la circulación sanguínea no se vea interrumpida.
Gorro para hielo, que sólo deja al descubierto ojos, nariz y boca y se llevan por debajo de los gorros normales.
Focos: bajo el techo de hielo la luz puede disminuirse notablemente, por lo que se hará totalmente necesaria la utilización de fuentes luminosas artificiales.
El resto del equipo será el utilizado en cualquier inmersión de buceo.

Aunque tomemos todas estas precauciones algunas veces es necesario correr algún riesgo.



1 comentario:

  1. hola laura he buceado en la patagonia argentina. en pleno invierno sentis una gran libertad, una maravillosa experiencia. el traje de neoprene suele ser mas grueso que los convencionales y tambien tenes que usar guantes para aislar el frio y tambien tiene una especie de gorro para tambien aislar el frio de la cabeza


    saludos carlos

    ResponderEliminar